Aunque la cultura y la instrucción les está vedada a las mujeres, hay tres situaciones en las que pueden acceder al saber, por caminos muy distintos, el primero es el que emprenden las monjas, que para entrar en los conventos tienen que saber leer y escribir y que una vez ordenadas, si aprenden latín y griego, van a poder acceder a la filosofía y la ciencia y van a poder expresarse en literatura, música y en otro tipo de conocimientos más prácticos como la farmacia o la medicina, sobre todo aplicada a la ginecología y los partos. Como ejemplo de este tipo de mujer vamos a poner a Hildegarda Von Bigen (1098-1179), una monja alemana declarada Santa y Doctora de la Iglesia (como Tomás de Aquino y más tarde Teresa de Ávila). Podéis investigarla en numerosas páginas que estudian su vida y su obra, una vida tan apasionante que ha sido llevada al cine en el año 2009 en la película "Visión". En el trailer que os muestro, en inglés (para que los que tienen un nivelito no lo pierdan y los que no lo tengan lo adquieran) podéis ver muy bien tratado el ambiente en el que se vivía en la época y el papel que se le daba a las mujeres en general y a Hildegarda en particular.
(No he visto esta peli pero la pienso ver y así la podemos comentar, jejejej)
El segundo camino lo marcan esas mujeres que se dedicaron a la práctica de la medicina femenina, vetada a los hombres por cuestiones de fanatismo religioso. En este sentido podéis investigar a una mujer que os va a resultar muy interesante, Trótula de Salerno, coetánea de Hildegarda, profesora en la escuela de Medicina de Salerno especializada en ginecología y que esribió tratados sobre los problemas de la mujer, sobre todo la menstruación y el parto. Advertía de la importancia de la higiene femenina y del uso de opiáceos para mitigar los dolores de parto.
El tercer camino que quería que investigarais es el de las brujas, esas mujeres independientes que vivían fuera de los pueblos, en los bosques, aisladas, a las que se acudía en busca de remedios para todo tipo de afecciones. Eran conocedoras de las propiedades de plantas y otras sustancias, lo que ahora pueden ser las químicas, las boticarias o las farmacéuticas. Se las llamaba también a los partos para que intervinieran como matronas. Estas mujeres tan importantes para las comunidades en las que vivían que aprendian todo lo que sabían por transmisión oral (los conocimientos pasaban de madres a hijas), empezaron a ser miradas con recelo y a ser acusadas de brujería cuando caían en desgracia, por envidia, recelo...... Acabada la Edad Media y ya en el Renacimiento, la persecución a este tipo de mujeres se generalizó en toda Europa, llegando incluso a las colonias de América (Juicios de Salem), produciéndose numerosos procesos y ejecuciones de mujeres.
Es curioso y parece contradictorio que en esta etapa de oscurantismo que supone la Edad Media podamos analizar estos casos de mujeres auténticamente sabias y que en el Renacimiento, que se entiende como una época más abierta en la que imperará el uso de la razón, asistamos a la muerte intelectual y artística de la mujer..........Pero eso lo dejamos para la siguiente entrada. A ver si encuentro una compañera digna para Descartes
Saludos a todos y todas
Pilar, muchas gracias por tu invitación, me ha encantado tu entrada y tus recomendaciones, me parece que habrá que ver Visión, parece muy interesante.
ResponderEliminarBesos
Gracias por tu visita y por tu caomentario. Besos, Pilar
ResponderEliminarme ha gustado tu entrada. Comparto el interés por el avance en el derecho a la educación de la mujer. Desde la edad Media y hasta hoy la mujer ha tenido que combatir contra barreras (sociales, individuales, visibles o invisibles) para lograr un reconocimento. Quiero añadir OTRA MUJER del S XVI nacida en el México entonces español y cuya biografia ha sido escrita por otra mujer gran mujer luchadora que logró el Derecho de Voto para la MUJER. Sabeis de quien hablo?
ResponderEliminarhttp://comparteydisfrutamadrid.blogspot.com.es/2014_03_01_archive.html